Las gallinas son, sin duda, uno de los animales más importantes para la alimentación humana, ya que su cría proporciona dos de los productos básicos más consumidos en todo el mundo: carne y huevos. Su capacidad para adaptarse a diversos entornos y su facilidad de reproducción han convertido a las gallinas en una pieza clave de la ganadería mundial, especialmente en países con economías orientadas hacia la producción agrícola y pecuaria. Los países con mayor población de gallinas suelen estar a la vanguardia de la industria avícola, destacándose por su capacidad de satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos de origen animal.

No obstante, el aumento masivo en la población de gallinas también trae consigo desafíos importantes, como garantizar el bienestar animal, gestionar el impacto ambiental de las granjas y prevenir brotes de enfermedades avícolas que podrían tener repercusiones globales.