En el continente americano, la esperanza de vida varía significativamente entre las distintas naciones, reflejando las diferencias en acceso a servicios de salud, calidad de vida, educación y condiciones socioeconómicas. Mientras que algunos países de América exhiben cifras elevadas comparables a las de las naciones más desarrolladas del mundo, otros enfrentan desafíos que reducen la expectativa de vida de su población.

Entre los países con menor esperanza de vida en América, Haití ocupa un lugar destacado. Este país caribeño enfrenta una combinación de pobreza extrema, infraestructura sanitaria limitada y una alta prevalencia de enfermedades infecciosas. Los constantes desastres naturales, como terremotos y huracanes, agravan la situación, dificultando el acceso a servicios médicos básicos y afectando gravemente la calidad de vida de sus habitantes.

En Centroamérica, naciones como Honduras y Guatemala también presentan expectativas de vida más bajas en comparación con el promedio regional. La violencia, el acceso desigual a servicios de salud y la desnutrición crónica, especialmente en áreas rurales, son factores determinantes. A pesar de los esfuerzos gubernamentales y de las organizaciones internacionales, estos países aún enfrentan grandes desafíos para mejorar las condiciones de vida y aumentar la longevidad de sus ciudadanos.