América es un continente marcado por la diversidad económica, desde grandes potencias con economías consolidadas hasta naciones en desarrollo que enfrentan significativos desafíos financieros. En este contexto, la deuda pública se convierte en un indicador clave para evaluar la sostenibilidad fiscal de los países y su capacidad para gestionar los recursos de manera eficiente. Algunos países de la región presentan niveles alarmantes de deuda pública, lo que refleja una combinación de factores históricos, estructurales y coyunturales.

En América, las causas detrás de un alto endeudamiento varían ampliamente. Para algunas economías, como las dependientes de la exportación de materias primas, la caída de los precios globales ha reducido significativamente los ingresos fiscales, incrementando la necesidad de recurrir a préstamos para cubrir gastos esenciales. En otras, el alto gasto público, la corrupción o la falta de políticas fiscales sostenibles han contribuido a una acumulación constante de deuda. Además, los efectos de crisis económicas recientes y la pandemia de COVID-19 han exacerbado estos problemas en muchas naciones, elevando los niveles de endeudamiento a cifras récord.